Averías que tú mismo provocas al conducir

Hay muchos motivos por los que un coche puede llegar a nuestro taller mecánico en Barakaldo, un golpe o un accidente, algún defecto de fabricación en el vehículo… pero muchas de las averías están causadas por fallos que cometemos los conductores. La mayoría de ellos podemos evitarlos de forma muy sencilla.

Aunque parezca mentira, entre las averías originadas por una negligencia, una de las más frecuentes es equivocarse de combustible. No es muy difícil equivocarse, especialmente si se utilizan dos coches, y cada uno de ellos utiliza un combustible diferente.

Muchos conductores, al detenerse en un semáforo, mantienen pisado el pedal del embrague, lo que provoca que las piezas que componen este importante elemento del coche, estén rozándose casi de continuo. Algo similar ocurre cuando tienes la costumbre de llevar la mano apoyada sobre la palanca de cambios: se presiona sobre el mecanismo de la caja y sus piezas se rozan cuando deberían moverse libremente.

Aparcar encima de las aceras repercute directamente sobre las ruedas, las llantas o la suspensión, debilitándolas, de la misma forma que si no reduces la velocidad antes de pisar un bache o un badén, aunque en este caso, puede verse también afectado el chasis del vehículo. Cuando vayas a pasar por uno de esos badenes colocados para que reduzcas la velocidad, intenta frenar siempre antes de llegar a él; si lo haces justo cuando vas a pisarlo, la inercia del coche cargará el peso sobre las ruedas delanteras y los efectos podrían ser todavía peores.

Trabajando en 

, un importante 

, te das cuenta de todas las averías que podemos evitar poniendo simplemente un poquito de atención en lo que estamos haciendo.